La configuración de esta herramienta cartográfica para estos indicadores supuso convenir y definir una serie de parámetros que permitieran abstraer y relacionar con éxito las variables disponibles, de manera que se pudieran transcribir al sistema cartográfico la “información geográfica” recopilada por diversos medios y recursos con el fin de que su estructura espacial y su dinámica puedan ser visualizadas y com-prendidas. (Bosque et al., 2002; Dodge et al., 2011).
Por este motivo, el diseño cartográfico se consideró como un tema crucial en el proceso de representación de los indicadores, ya que afectaría tanto a la interpretación como a la aceptabilidad de los modelos generados con anterioridad (Stewart et al., 2000). Por ello, los modelos cartográficos seleccionados se pensaron de forma que permitiese al lector del mapa visualizar y comprender la realidad y los fenómenos con la mayor rapidez posibles siguiendo las propuestas de la geovisualización (Pueyo Campos, 1994; Zúñiga Antón, 2009) creando representaciones visuales que faciliten el pensamiento, la comprensión y la construc-ción de conocimientos acerca del territorio utilizando escalas geográficas de medición.
La determinación de cómo serían representadas esas variables visuales y cuantas podían superponerse en un mismo mapa era una de las decisiones más complicadas dentro del proceso cartográfico (Zúñiga Antón, 2009). Por este motivo, se siguieron unos parámetros que aunasen una exposición estética y técnica, que no invalidasen el resultado final, y potenciasen la capacidad de relación. Se buscó una cartografía final explicativa, sencilla y clara, atendiendo a los siguientes principios:
El diseño cartográfico no podía estar completo sin los propios datos.
- Las descripciones no eran suficientes y por sí solas podían resultar inútiles, ya que las palabras solas no comunican su mensaje con eficacia.
- Evitar la basura gráfica, eliminando las líneas innecesarias en las gráficas simplificando los símbolos, etc.
- Quitar elementos innecesarios, para centrar el mensaje cartográfico en la información relevante.
- Diferenciar y adecuar las capas temáticas de manera que se distinguiesen variables visuales como el tamaño, la forma, el tono, el color y / o el peso de los distintos niveles de información.
- Evitar colores excesivamente brillantes reserván-dolos para aquel indicador que se pretendía resaltar por encima del resto, pero sin hacer daño a la vista.
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- Maximizar la relación entre información y representación gráfica.
Esto supuso un diseño de unas trayectorias cartográficas (Zúñiga Antón, 2009) y de unos modelos de leyenda que permitiesen clasificar visualmente la información del fenómeno a representar a partir de categorías (fig.1).
- Leyenda Divergente: que enfatizase un valor intermedio que se considera crítico (promedio o valor cero). A partir del mismo se establecen dos secuencias con una gradación equivalente en valor pero divergentes en tono, es decir, colores cálidos en magnitudes mayores y fríos en menores (Calvo Palacios et al., 2008). Estas leyendas eran útiles para mostrar las variaciones a partir de una variación o medida determinada en un indicador.
- Leyenda Secuencial: ordenando el color en relación a las magnitudes de la variable. De este modo a mayor tono mayor magnitud (Calvo Palacios et al., 2008; Rain, 2010). En este tipo de mapas es importante el concepto de “jerarquía visual” que se concibió como es el contraste entre los colores obscuros y los matices más claros que los rodean (Rain, 2010).
- Leyenda de Doble Entrada: Permitió la representación de una indicador real por cada eje. A lo largo del eje de abscisas se modificó la variable visual tono según los valores estuvieran por encima o por debajo del valor crítico (media, déficit, etc). En el eje de ordenadas se representaba otro indicador, que se graduó a partir de otro valor crítico.
Leyenda Secuencial para coropletas: A diferencia del resto de leyendas, ésta se encuentra apoyada en la implantación superficial, fundamentalmente en grises, y se utilizaba como complemento de la información representada por la variable tamaño con las anteriores leyendas expuesta.
Por otra parte, para la representación de la infor-mación fundamentalmente sociodemográfica afectada por el indicador analizado, se utilizó la variable tamaño. Para ello se recurrió al dimensionamiento proporcional de símbolos combinándolos con las variables visuales sobre las que se representaba los indicadores de la EIEL (tamaño y color), permitiendo representar conjuntamente el total de población (tamaño) y las características de esa población a partir de diferentes indicadores o tasas (color/valor), lo que le otorgó una mayor capacidad representativa a la información de la zona de estudio. Las limitaciones técnicas para poder crear cartografía con símbolos proporcionales a través de ArcGIS obligaron a desarrollar métodos de trabajo basados en secuencias de comandos en lenguaje Python y en el post-procesado con Adobe Illustrator. |